La Familia
lunes, 1 de agosto de 2016
martes, 12 de julio de 2016
lunes, 4 de julio de 2016
Los Valores En La Familia
La familia es el lugar ideal para forjar los valores, es una meta alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se transmitirá a la sociedad entera. El valor nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás.
El valor de la familia
El valor de la familia se basa en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos.
Los Valores familiares entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo de las personas.
La familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los valores y el adecuado uso de la libertad. Las relaciones personales y la estabilidad familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. Es por esto que en la familia se inicia a la vida social.
Es en la familia donde se enseñan los primeros valores; valores que serán sustento para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona. Entre otros destacan los siguientes:
La alegría:
La alegría
es un valor que se siembra primeramente en el seno familiar. Es en el núcleo
familiar donde se procura que los miembros se ayuden unos a otros en sus
necesidades, en la superación de obstáculos y dificultades, así como el
compartir los logros y éxitos de los demás.
En el fondo
lo que se fomenta es dejar el egoísmo a un lado, buscando el bien y compartir
con el otro. Cuando nos centramos en nuestras preocupaciones y no estamos
dispuestos a ayudar a los que nos rodean somos egoístas. El egoísta no suele
ser una persona alegre. Es en este darse a los demás miembros de la familia
donde se obtiene la alegría.
La alegría
no depende de las circunstancias o de las facilidades que puede presentar la
vida y tampoco consiste en tener cosas. Este valor tiene su fundamento en lo
profundo de la persona, no es sino la consecuencia de una vida equilibrada, de
una coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos, el tener una mente y un
cuerpo sanos.
La generosidad:
La
generosidad es uno de los valores que se fomentan en la vida familiar. Entendiendo
por generosidad el actuar en favor de otras personas desinteresadamente y con
alegría. Hacer algo por otras personas puede traducirse de diferentes maneras,
por ejemplo, dar cosas, prestar juguetes, dar tiempo para escuchar y atender a
otro miembro de la familia, saludar, perdonar.
Se notará
una actitud generosa en una persona que se esfuerza por hacer la vida agradable
a los demás miembros de la familiar.
El respeto:
El respeto
hacia los demás miembros es otro de los valores que se fomentan dentro de la
familia, no sólo respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones y
sentimientos. Respeto hacia las cosas de los demás miembros, respeto a su
privacidad, respeto a sus decisiones, éstas, por supuesto, adecuadas a la edad
de la persona. Es en la familia donde el niño aprende que tanto él o ella como
sus ideas y sentimientos merecen respeto y son valorados.
La justicia:
La justicia
se fomenta en el seno de la familia al establecerse lo que corresponde a cada
miembro de la misma. Recordemos que la justicia consiste en dar a cada uno lo
que les corresponde. Una persona que se esfuerza constantemente por respetar
los derechos de los demás y le da a cada uno lo que debe, tiene la virtud de la
justicia.
La
responsabilidad:
La
responsabilidad supone asumir las consecuencias de los propios actos, no solo
ante uno mismo sino ante los demás. Para que una persona pueda ser responsable
tiene que ser consciente de sus deberes y obligaciones, es por ello, de gran
importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y obligaciones muy
claras. Por ejemplo, el niño debe tener claro que es su responsabilidad la
calidad y el esfuerzo en sus estudios, que debe poner el mayor trabajo y empeño
en esta actividad, en beneficio propio y en respuesta a la oportunidad que le brindan
sus padres.
El
desarrollo de la responsabilidad en los hijos es parte del proceso educativo,
esto con vistas a la participación de los hijos en la vida familiar primero, y
a la vida en sociedad después, de una manera responsable y autónoma.
La lealtad:
La lealtad
surge cuando se reconocen y aceptan vínculos que nos unen a otros, de tal
manera que se busca fortalecer y salvaguardar dichos vínculos así como los
valores que representan. La aceptación y el reconocimiento de este vínculo no
se centra hacia el futuro, como una posibilidad, sino que es una realidad
actual. Este vínculo no pasa con el tiempo, es profundo, suele madurar y
fortalecerse a la larga.
Es en la
familia donde surgen y se fortalecen este tipo de vínculos, por ejemplo, un
niño pequeño aprende a ser leal al esforzarse por ayudar a los demás, al
procurar hacer todo lo que pueda para cumplir con lo que sus padres le dicen
que es bueno. Se muestra lealtad entre los hermanos al apoyarse, defenderse y
ayudarse ante las dificultades, ante la amenaza de personas o circunstancias
ajenas a la familia.
Conviene
aclarar que ser leal a los papás, por ejemplo, no significa aprobar una
conducta errónea de los mismos, sino el respetar y cuidar su buen nombre.
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